martes, 7 de febrero de 2012

Ya nada podréis

Ya nada podréis,
porque la fuerza no estaba en vosotros,
estaba en mi debilidad.
Nada conseguiréis
abandonándome,
porque el vacío no era vuestra ausencia
sino mi necesidad de compañía.
Cuando llaméis
tendréis mi corazón a mano, como siempre.
Ahora
el mundo se ha amueblado
con la delicadeza de lo mínimo,
con la tierna disposición de lo posible.
Y todo es una patria extensa y manual,
un alfabeto misterioso
con el que estoy nombrando, recreando,
reviviendo de nuevo el universo.

Francisca Aguirre

sábado, 4 de febrero de 2012

¿No pasa nada?

El gato negro estaba sentado encima del poste perfectamente alineado mientras observaba a un trabajador que sacaba cables de debajo de la tierra.
-    ¡Buenos días!
-    ¡Hola buenos días!

Un poco más adelante los fragmentos partidos de la capa de hielo al lado del charco indicaban que algún tractor había pasado por encima. Los de los lados laterales del camino permanecían intactos. Hasta los huevos depositados por las ranas se veían inmóviles, totalmente congelados. Es milagroso cómo salen luego de ahí miles de pequeños seres cabezones.
En el portillo, una oveja, disidente del rebaño unos metros más atrás, mordisqueaba insistentemente  una cuerda llena de escarcha.
Al fondo no distinguía si era el aguilucho o el milano quien reposaba erguido y elegante. Atravesando todo el camino, llegué a las primeras casas del pueblo y saludé a una vecina:
-    ¡Hola buenos días!
-    ¡Hola!  ¿Que tal?
-    Muy bien, aquí, observando todo lo que veo por el camino.
-    ¿lo que? ¡Si en este pueblo no pasa nada! , ¡aquí todo sigue igual!
-    ¿???????????