sábado, 4 de febrero de 2012

¿No pasa nada?

El gato negro estaba sentado encima del poste perfectamente alineado mientras observaba a un trabajador que sacaba cables de debajo de la tierra.
-    ¡Buenos días!
-    ¡Hola buenos días!

Un poco más adelante los fragmentos partidos de la capa de hielo al lado del charco indicaban que algún tractor había pasado por encima. Los de los lados laterales del camino permanecían intactos. Hasta los huevos depositados por las ranas se veían inmóviles, totalmente congelados. Es milagroso cómo salen luego de ahí miles de pequeños seres cabezones.
En el portillo, una oveja, disidente del rebaño unos metros más atrás, mordisqueaba insistentemente  una cuerda llena de escarcha.
Al fondo no distinguía si era el aguilucho o el milano quien reposaba erguido y elegante. Atravesando todo el camino, llegué a las primeras casas del pueblo y saludé a una vecina:
-    ¡Hola buenos días!
-    ¡Hola!  ¿Que tal?
-    Muy bien, aquí, observando todo lo que veo por el camino.
-    ¿lo que? ¡Si en este pueblo no pasa nada! , ¡aquí todo sigue igual!
-    ¿???????????

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