domingo, 22 de enero de 2012

La queja

Las cosas se pueden vivir desde el sufrimiento o desde la aceptación y el disfrute. Cada uno decide.El ser feliz y brillar suele dar mucho miedo, mucho más que vivir en la queja, la crítica o el alma en pena. Por eso, si se decide ser feliz, se requiere práctica. Se puede empezar por simplemente observar y darse cuenta de cuántas quejas hacemos al día: del tiempo, del tráfico, el semáforo, el jefe, el trabajo...etc. Te sorprenderás.

1 comentario:

  1. Veo la felicidad como un instante, un flash, algo ligero que se desliza rápidamente. Intentas memorizar la luz, el aroma, la brisa, la compañía, los matices que ha provocado ese momento. Aunque intentes recrear los mismos ingredientes, ese instante único, ese hormigueo por tu espalda, se resiste a volver. Nadie es feliz ni desdichado del todo. En mi vida, sencillamente decidí coleccionar días, y soy feliz, porque no tengo ninguno repetido.

    A.J.

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